Una de las criaturas más fascinantes que habitan en el Ártico es precisamente el lobo ártico (Canis lupus arctos). Este animal puede ser considerado como una raza, subespecie o variante geográfica del lobo gris (Canis Lupus), una especie que originalmente vivía en todo el hemisferio norte. Al año de nacido, el lobo ártico comienza a mostrar una piel blanca con la nariz ligeramente achatada al igual que sus orejas, lo que permite distinguirlo de otras variantes de lobo gris. No obstante, la vida de esta especie es prácticamente similar a la de otros lobos alrededor del mundo.
El lobo ártico habita toda la zona que compone el borde norte de América del Norte y hacia el Polo, así como a lo largo de las costas este y norte de Groenlandia. Varias islas de gran tamaño ocupan la región comprendida entre el extremo norte del continente y el Polo. Aunque el hielo y la nieve cubren permanentemente gran parte de la zona, algunas áreas de estas islas se deshielan entre mediados de junio y agosto, lo que permite la presencia de plantas de bajo crecimiento para alimentar a bueyes almizcleros, renos y liebres árticas. Estas criaturas constituyen la mayor parte del suministro de alimentos para los lobos blancos que viven en lo que llamamos el “Alto Ártico”.

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